El aceite de oliva es uno de los aceites más saludables que existen, por eso se recomienda incorporarlo a nuestra dieta diaria, bien sea para usarlo como aderezo en ensaladas, para preparar confituras, freír o asar.
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Su consumo regular otorga grandes beneficios a nuestro organismo, por ejemplo, contribuye a reducir el colesterol en la sangre, además de que es capaz de brindar protección a nuestro organismo frente al daño oxidativo.
A pesar de que el aceite de oliva es más caro que el resto de aceite, suele durar mucho más y lo podemos usar en diferentes preparaciones para olvidarnos de las grasas saturadas que tanto daño producen a nuestro cuerpo.
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El aceite de oliva y los grandes beneficios que genera su consumo diario
Al consumir 20 gramos diarios de aceite de oliva virgen o extra virgen, aportamos a nuestro organismo una buena dosis de antioxidantes naturales, como los polifenoles o vitamina E, componentes que ayuda a proteger las células y los lípidos en la sangre del daño oxidativo, además de que mejora la piel.
También reduce el colesterol presente en la sangre, lo que disminuye el riesgo de desarrollar cardiopatías coronarias u otras enfermedades cardiovasculares. Pero no solo eso, ya que el aceite de oliva extra virgen también reduce el riesgo de padecer cáncer.
Por otro lado, como el aceite de oliva es una grasa insaturada, contribuye con la pérdida de peso, a pesar de ser un alimento alto en calorías, ya que reduce el apetito.
Asimismo, el aceite de oliva ayuda a controlar los niveles de azúcar en la sangre, previniendo la diabetes, a la vez que conserva y mejora la salud de nuestro cerebro.
Se sabe que los componentes del aceite de oliva ralentizan la enfermedad del Alzheimer y contribuyen a fortalecer el sistema inmunológico, combatiendo bacterias resistentes a los antibióticos.
El aceite de oliva también produce beneficios en nuestro sistema nervioso, por lo que su consumo puede mejorar el estado anímico y nos ayuda a tratar la depresión o la ansiedad, debido a que incrementa los niveles de serotonina.