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Come saludable y sin desperdicios al viajar en avión

No vuelvas a comer esos alimentos llenos de conservadores. ¡Lleva tu propia comida!

Cuando viajamos en avión estamos acostumbrados a comer los alimentos que la aerolínea nos proporciona, o sea, una comida caliente y un snack, dos comidas completas y una ronda de bebidas. Todo depende de la duración del vuelo. Cuando comenzamos a comer de manera consciente, esos platillos empaquetados resultan todo menos apetecibles.

A final de noviembre viajé a Nueva York, para visitar a mi hermana y acompañarla a comprar su vestido de novia. Justo un día antes de mi vuelo recordé que mi viaje duraría unas 10 horas, un poco más, entre traslado a la capital, tiempo de espera, vuelo con su comida llena de conservadores. Entonces decidí preparar mis alimentos para llevar, pero antes no caía mal un poco de investigación.

Resulta que sí puedes llevar tus alimentos, puedes pasarlos por seguridad y disfrutarlos en tu asiento durante el vuelo, pero hay algunos puntos a considerar – en especial con los líquidos.

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Una caja de lunch resulta útil

Esta es una buena oportunidad para preparar un bento muy al estilo japonés o recordar las colaciones que nuestra madre nos preparaba para la escuela. También puedes improvisar con refractarios que tengas en casa.

Lleva un termo para café, té o agua

Si quieres lleva tu bebida preparada, siempre y cuando la tomes antes de pasar por seguridad. En este punto es muy importante considerar que no pasan líquidos arriba de los 100 mililitros — incluyendo aderezos —. Lleva más café o té para el vuelo, sólo pide un poco de agua caliente para tu termo y listo.

Nada de cubiertos de metal

Por razones de seguridad, está prohibido subir con cuchillos o tenedores de metal. Así que es un buen momento para invertir en un juego de cubiertos de bambú para llevar — aún así, recomiendo que no lleves a la mano el cuchillo. ¡Más vale prevenir!

Considera las horas de viaje

En mi caso, salí de casa a las 01:00 h, llegué al aeropuerto a las 4:00 h y mi vuelo salió a las 7:00 h, a las 14:00h ya estaba en las calles de Manhattan. Pensé en llevar suficiente para un pequeño refrigerio, desayuno y comida, lo que nos lleva al siguiente punto.

Planea tu menú

Considerando las horas, el traslado y los momentos del viaje, además de lo que tenía en ese entonces en la alacena, preparé lo siguiente en un refractario grande, con otros más pequeños dentro:

  1. hojas para té verde
  2. mezcla de té chai
  3. sándwich de germen de alfalfa, aguacate y mucha espinaca con pan ezequiel
  4. ensalada de quinoa con limón y nueces
  5. sándwich de mantequilla de almendras y blueberries orgánico
  6. una porción de fruta deshidratada
  7. deliciosos chips de kale
  8. un poco de stevia natural – temiendo un poco que me detuvieran por, ya saben

En general, alimentos nutritivos, naturales y completos, siguiendo una alimentación consciente, preparado en casa.

Al final disfruté mucho del proceso, de preparar mis propios alimentos, compartirlos en el viaje — me tocó sentarme a lado de una hermosa pareja de la tercera edad, que estaban fascinados con mi lunch de vuelo.

Por último, todo el proceso se realizó sin generar basura, ni desperdicios — como cubiertos plástico, vasos de unicel (plumavit), servilletas, empaques —, siendo consciente por el impacto ambiental generado (así como pagué mi bono de CO2 para compensar el viaje).

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