Cuando una/o vive sola/o, nunca despierta con el aroma a café. Más bien se despierta con la tercera o cuarta alarma y un “ya es tarde, ya es tarde” zumbando en su cabeza. Si me preguntan, es la mejor excusa para no desayunar o comer lo primero que te encuentres en la calle (qué suerte si es jugo de naranja, pero podrías terminar desayunando atole y tamales todos los días).
La mejor opción es tener algo ya listo para llevar la mañana siguiente, y una vez que tengas este pastelito listo, tendrás tu desayuno para toda la semana sin problemas.
Tiempo de elaboración | 1 hora
Dificultad | Fácil
Personas | 6
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Ingredientes
- 6 croissants
- 3 huevos
- 1 taza de leche
- 2 cucharaditas de vainilla
- ⅛ cucharadita de sal
- ⅛ cucharadita de nuez moscada
- 1 lata grande de duraznos en rodajas sin azúcar, escurridos
- ¼ taza de azúcar morena
- ¼ cucharadita de canela
- jarabe de arce, al gusto
Cómo hacer el desayuno de durazno y croissants
- Engrasa un molde rectangular. Corta los croissants en trozos medianos y esparcelos en el molde. Deja aparte.
- En un tazon mediano bate los huevos, la leche, la vainilla, la sal y la nuez moscada. Vierte sobre los croissants en el molde.
- Coloca sobre ellos una capa de durazsos y espolvorea con azúcar morena y canela.
- Cubre con papel aluminio y refrigera durante la noche.
- En la mañana, precalienta el horno a 175 grados C y hornea durante 30 minutos. Retira el papel aluminio y hornea durante 10 minutos más
Sirve con jarabe de arce.
Fuente: Simply Stacie