Desde hace tiempo los ganaderos e industria cárnica de Argentina reclaman una mayor protección de su sector al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, en lo relativo a las importaciones de jamón. Por lo que han tomado la medida de cerrar todo el comercio con España, Italia y Brasil, principales exportadores de este producto cárnico a Argentina.
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Con la medida, el gobierno de Argentina espera elevar la producción interna y por lo tanto un ajuste de los precios del mercado que termine favoreciendo a sus ganaderos y a la industria cárnica del país.
Es una medida que no afecta notablemente al comercio del jamón español, puesto que Argentina ocupa el nº15 en los destinos de exportación del jamón curado español, siendo el volumen el 1% de las exportaciones que se realizan al cabo de un año. Por lo que parece, según medios argentinos que la población echará de menos los “deliciosos jamones españoles”.
A pesar de eso, las reacciones no se han hecho esperar por parte de grupos de empresarios y gobiernos regionales que indican que la medida es contraria a derecho y que no hay razones para llevarla a acabo.
Otras fuentes, en España, indican que la medida puede ser una consecuencia de la guerra encubierta iniciada entre ambos gobiernos en relación a sus acuerdos comerciales después del caso YPF Repsol.