Ya sé que suena a cliché y que no es nada nuevo, pero es un hecho que cocinar con productos frescos y de temporada es una de las mejores opciones para ahorrar y comer sano, sin importar el lugar o la zona en la que uno viva.
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Informarnos sobre los productos que podemos encontrar en nuestro lugar de residencia así como visitar de manera regular los puestos de los mercados nos pueden ayudar a planificar cuáles serán los menús que prepararemos en función de los precios y la calidad de los productos que podamos ver.
Cuándo los productos están mejor
A pesar de que en muchas ocasiones podemos encontrarnos con productos ultracongelados, que mantienen hasta cierto grado sus propiedades nutritivas y de sabor, elegir en el momento adecuado los alimentos frescos suponen un gran ahorro en cuanto a la relación que tiene la calidad de estos con el precio al que se pueden encontrar. Sobre todo es en cuanto a frutas y verduras cuando esto puede suponer un verdadero impulso a la economía familiar. No importa la época del año en la que nos encontremos, pues en cada uno de estos se pueden encontrar productos alimenticios que se encuentran en su grado óptimo de maduración, frescura y sabor.
Ahorra más comprando local
Ya lo sé. Tampoco estoy diciendo nada nuevo, pero la compra en comercios locales nos permite lograr mejores precios en nuestros productos, sobre todo si tratamos directamente con los productores.
Los agricultores que ponen a la venta sus propios productos suponen la mejor de las oportunidades de adquirir productos frescos al mejor precio, pues, además de conocer los procesos a los que se han sometido estos, resulta más fácil regatear con los precios o conseguir más por menos. De modo que si tienes la posibilidad de hacer al menos parte de tu compra por este canal, no te lo pienses y hazlo.
Es cierto que no comerás productos exóticos ni posiblemente conocerás alimentos traídos de tierras lejanas, pero en estos momentos en los que alimentarse se ha convertido en un desafío, lo mejor es decidirse por los productos que mejor relación calidad-precio ofrecen a nuestra cesta de la compra. Y no existe ninguna duda de que los productos que se cultivan en las cercanías del lugar en el que vivimos son la opción perfecta para ahorrar o al menos gastar lo menos posible en comer.