Memelitas con asiento

Hay muchos secretos en Oaxaca que nos intrigan. Y aunque la mayoría de ellos requieren que nos remontemos a esta parte del país para descubrirlos, gracias a Yuban, podemos conocer un poco más de sus sabores. Esta vez con algo que tienen en común muchos platillos mexicanos: la masa del maíz.

Muchos mitos prehispánicos sobre el origen del hombre hablan de que los dioses hicieron varios intentos fallidos en crear al hombre. Hasta que lo hicieron de maíz. Así que, según la historia de nuestros ancestros somos hijos del maíz, y este aún tiene un sitio privilegiado en nuestra comida y costumbres. En Yuban, el lugar de la sabiduría ancestral está fuertemente representado:

La tradición culinaria de las cocinas comunales de Tavehua, Tabaá, Zoochila, Yatzachi el alto, Zoogocho, los Caxonos y otras comunidades zapotecas de la Sierra Norte de Oaxaca, apoyándose en las recetas y la sabiduría de Doña Magdalena Cruz.

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Para estas comunidades, la comida no es sólo una necesidad o un placer. Es un espacio de comunidad y de sanación. Y yo no sé ustedes, pero nada como la comida para remediar un día difícil y cansado. Más cuando son recetas de la abuela. Esta vez, en Yuban nos compartieron el secreto de sus ricas memelas, especiales para cuando han tenido un mal día.

Tiempo de elaboración | 25 minutos
Dificultad | Fácil
Personas | 4

Ingredientes:

1. 200 gr. de masa de maíz
2. 20 gr. frijol cocido y escurrido
3. 10 gr. pepita de chilacayota molida
4. Asiento al gusto
5. 70 gr. queso fresco

Cómo hacer memelitas con asiento

Para la salsa, muele en el molcajete las semillas de pepita y el chile y agrega agua.

Divide la masa en tres partes iguales. Forma dos memelas ovaladas y a la restante agrégale el frijol escurrido.

Cuece en el comal. Cuando estén cocidas coloca una con asiento y queso, una con pasta de pepita y queso y la de frijol con queso.

Acompaña con unas gotas de salsa molcajeteada al gusto.

No puedo evitar mencionar que me gusta mucho el aire femenino que hay en este delicioso rincón de la colonia Roma. Entre las recetas de doña Magdalena, y el toque de Paloma Ortiz, quien vivió dos meses en comunidades indígenas para aprender sus secretos culinarios, la verdad es que Yuban es una delicia de la tierra viva que vale la pena probar.

Foto: Yuban