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Recorrido culinario por la Ruta de la Seda

Con una excelente repostería orgánica, una amplia selección de tés, y un delicioso menú de emparedados y ensaladas, la Ruta de la Seda, es un viaje culinario completo e intenso.

Galletas de chocolate con cilantro, conchas de té verde, tarta de coco con nuez de macadamia o un té negro con vainilla y azúcar de lavanda, son algunas de las experiencias gustativas que la Ruta de la Seda tiene para ti. Desde una ensoñadora esquina en Coyoacán, cada platillo te transporta a un lugar del legendario recorrido mercantil entre Asia y Europa.

El menú parte de los ingredientes y recetas tradicionales de las regiones que abarcaba la antigua ruta comercial. Té verde, agua de rosas, cardamomo, jengibre, azafrán, anís… productos que movilizarón la Ruta de la Seda, son enaltecidos en platillos exquisitos. Los nombres de cada pastel, tarta o emparedado, son seleccionados cuidadosamente para reconstruir la historia y contextualizar el valor  que los alimentos tienen dentro de la gastronomía de cada cultura. Kyoto, su pastel más popular, es de té verde con flores comestibles, haciendo referencia a Japón, y la relevancia simbólica del té para dicha cultura.

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Mi pastel preferido, es un elogio al medio oeste. La Rosa Persa, es un chiffón de cardamomo, relleno con mermelada de rosas, cubierto por espuma azafranada con pétalos confitados de rosas orgánicas.

No sólo honran la gastronomía oriental. Reconocen el legado europeo, y la integración de las especias en una maravillosa repostería. La tarta holandesa de manzana con pasas y canela, o el panqué Ándalus de anís, son dulces combinaciones que se dieron gracias a los intercambios comerciales de tan importante ruta.

Su menú, también incorpora especias y recetas tradicionales de su contexto. Panqué marmoleado de mazorca criolla, el pastel Aztlán, de chocolate con chile, o las conchas, de chocolate y vainilla, son perfectos ejemplos de la riqueza culinaria de México.

La formación académica como historiadora de arte con especialización en Asia y Medio Oriente, ha permitido que la creadora de la Ruta, Yuny, construya un proyecto coherente. Los olores, sabores, y hasta la vajilla utilizada, integran perfectamente, un vehículo que transita por la Ruta de la Seda.

Los platillos de la Ruta de la Seda, enfatizan  el sabor de los ingredientes relevantes para las culturas honradas, reiventando las recetas tradicionales, y mezclando nuevos intercambios culturales. Tiramisú de té verde, o pastel de lavanda con crema de vainilla, son postres que de manera sencilla, exaltan la propiedad de los elementos. En lugar de crear platillos hiperelaborados que saturan al paladar, en la Ruta de la Seda, se respeta el potencial que cada especia o té, tiene para ofrecer.

En exclusiva para esta nota, Yuny nos ha compartido un postre que reiventa el intercambio transatlántico que superó a la misma Ruta de la Seda. Pudding de chocolate con cardamomo, un postre que conjunta dos tradiciones históricas, y dos fuertes ingredientes que deleitan los sentidos. Además, es una receta ideal para aprovechar las sobras de pan.

Pudding de chocolate con cardamomo y nibs de cacao:

Ingredientes:

  1. 1 kg de pan del día anterior cortado en cubos pequeños (brioche de preferencia)
  2. 1 L de leche entera de vaca
  3. 1 1/3 cocoa en polvo
  4. 1 L crema
  5. 2 tazas azúcar
  6. 7 huevos
  7. 4 cdas extracto natural de vainilla
  8. 1/4 taza mantequilla derretida
  9. 2 cdas cardamomo en polvo (de preferencia recién molido)
  10. 250 gr de chocolate semi-amargo (70 % cacao)
  11. 1/2 tz nibs o trozos de cacao
Cómo hacer el pudding de cardamomo con nibs de cacao:
  • Precalentar el horno a 170º.
  • Calentar la leche y la cocoa, y después adicionar el pan. Dejar reposar 30 minutos.
  • En otro recipienta, mezclar la crema, azúcar, huevos, vainilla y mantequilla derretida.
  • Incorporar la mezcla del paso anterior, al recipiente con el pan, leche y cocoa.
  • Agregar los trozos de chocolate, los nibs de cacao y el cardamomo.
  • Vertir la masa en un molde engrasado y empapelado. Colocar a baño María dentro del horno y cocinar por 30-40 minutos, cuidando que no se seque.
  • Desmoldar una vez frío y consumir antes de 3 días. La receta es para 10 porciones, pero puede ajustarse a la mitad.

Los apetitosos postres pueden acompañarse con ricos tés negros, verdes, o blancos orgánicos de origen. También tienen café  y chocolate orgánico. Si prefieres sabores con más complejidad, cuentan con tés perfumados con vainilla, naranja o hasta trozos de cacao. Sus chais artesanales, no son de polvo con azúcar añadida, son deliciosas mezclas de tés con especias reales. Si prefieres una bebida reconfortante pero sin cafeína, tienen clásicas infusiones y tisanas de menta, jengibre, rooibos, o de rosas con chabacano. Hasta infusión de yierbamate servida en calabaza es parte de su carta.

Esta casa de té, también considera los calurosos días de verano. Para refrescarte, tienen limonadas, agua fresca del día, lassis de fruta y fresh ginger beer.

De igual manera, no sólo piensa en los comensales que preferimos lo dulce. Desde hace tres años han integrado panadería orgánica, con croissants, conchas, brioche, y panes multigrano entre otras variaciones. Sus emparedados, como el Mil y una Noches con dátil, o el Isfahal, con carne kobe orgánica y aderezo de vino tinto y enebro, también implementan ingredientes que transitaban por la Ruta de la Seda.

El secreto  detrás de los intensos sabores de sus platillos, es la cuidadosa selección de sus productos. La Ruta de la Seda no sólo surgió del interés por las culturas orientales, sino como una opción de repostería saludable. Por lo menos el 80% de los ingredienes empleados son orgánicos o libres de agentes químicos. A pesar de contar con varios años en las redes de consumo orgánico, el equipo de la Ruta de la Seda, se mantiene tratando de mejorar la calidad de los productos. Se dan a la tarea de establecer un vínculo directo con los productores, conocer el compromiso y proceso del cual provienen sus ingredientes. Este cuidado se saborea en la calidad de sus platillos. Una galleta, o una rebanada de pastel, es más que suficiente para tener una explosión de sabores por largo rato.

Ya sea que los visiten para un suculento y saludable paquete de desayuno, o un placentero descanso vespertino con té y panecillos, la Ruta de la Seda es garantía. Comer se convierte en una manera de viajar por rumbos lejanos, o redescubrir clásicos que creíamos conocer. La prioridad no es la extravagancia, o el marketing ecologista, su objetivo es deleitar con una experiencia culinaria que te transporte a un lugar distante, al mismo tiempo que remembra un proceso de intercambio cultural, que hoy en día tomamos por sentado.

Si tienes curiosidad por conocer más recetas “fuera de lo normal”, te alegrará saber que la experiencia de la Ruta de la Seda la puedes tener desde la comodidad de tu casa. En Facebook  y su blog , comparten recetas, y la historia detrás de ellas. Pueden encontrar paso a paso de cómo elaborar granola,  sus ya clásicos pastelillos de té verde, o hasta la receta de unos extintos panques ingleses del siglo XVI.

Si no se animan a intentar las peculiares mezclas de especias y té, les recomiendo que se acerquen a la Ruta, y emprendan un viaje por experiencias culinarias que no consideraban posibles.

Aurora 1, esq. Pino, Barrio de Santa Catarina, Coyoacán, D.F.

Horarios:

Lunes-Sábado de 8:00 a 22:00

Domingo de 9:00 a 18:00 horas

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