Seguro que desde niños nuestros padres nos obligaban a desayunar argumentando que se trataba de la comida más importante del día. Y la verdad es que tenían razón, porque entre otras cosas, la falta de desayuno está asociada al sobrepeso y la diabetes, ya que las personas que se saltan el desayuno tienden a comer peor y a tener altos niveles de colesterol.
Hay que tener en cuenta, que el desayuno es la comida que rompe el ayuno que mantenemos desde nuestra última comida el día anterior. Además, se trata de la comida que nos entrega la energía necesaria para realizar las actividades correspondientes a la primera parte del día.
Así, tanto nuestro rendimiento físico como intelectual está influido por el desayuno, pues las personas que desayunan tienen una mayor capacidad de concentración, atención, memoria y una mejoría en los procesos de aprendizaje.
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Pero atención, que para hablar de desayuno no basta con tomarnos una taza de café. Un desayuno, para que sea completo y equilibrado, debe incluir lácteos, frutas y cereales. Dentro de los lácteos, lo principal es el consumo de leche, aunque podemos reemplazarlo por yogurt o queso. También debemos comer frutas o jugos de frutas y los ya mencionados cereales.
Fuente: Buena Salud