Lifestyle

Carta de presentación…

En esta primera columna, nuestro colaborador, el destacado chef chileno Tomás Olivera se presenta a la comunidad de Sabrosía, y nos cuenta de su trayectoria y el origen de su gran pasión por la cocina.

¡Uf! En lo que es mi debut para Sabrosía, creo que lo mejor es una carta abierta de presentación, por un lado así la gente podrá saber quién es el autor de esta columna y también mi ego se sentirá reconfortado…jajaja!

PUBLICIDAD

Como dice mi reseña soy un cocinero de 38 años,  de los cuales he dedicado 18 y casi 19 a la cocina de manera profesional, pero si le sumamos mi formación de adolescente, creo que puedo sumar al menos un par de años más de experiencia. Me inicié como lavaplatos en lo que fue un amor a primera vista con esta profesión, ya que al ver la adrenalina, disciplina y todo lo que es parte de este rubro, sentí una atracción indescriptible que me llevó a querer trabajar, estudiar y aprender, lo que más pudiera con una entrega total. Una cosa fundamental, porque al día de hoy sigo sintiéndolo igual.

Después de este primer encuentro con la cocina, he desarrollado una trayectoria que al menos a mí me hace sentir tranquilo y orgulloso, debido a que he trabajado en muchas de las aristas y formas que tiene. Por ejemplo, cocina industrial, sangucherías, restaurantes, hoteles, banquetes, etc. Lo cual hace que me sienta un poco menos inseguro cada vez que empieza un servicio, o atendemos algún evento.

Recomendados

Tener el estómago apretado antes de cada una de estas situaciones hace que me den ganas de estar día a día en el restaurant, con los cocineros, meseros y todo el equipo que hace posible que la gente lo pase bien, disfrute de nuestra comida y atención, entendiendo que cada uno de los comensales tiene gustos y preferencias individuales, lo cual aumenta este desafío diario y alimenta nuestra adrenalina y pasión por lo que hacemos.

Siguiendo con mi trayectoria, podría contar que después de 9 ó 10 años, llegué a Santiago, la capital, a trabajar y buscar conocimientos que me hicieran crecer. Afortunadamente fue una buena decisión, ya que logré trabajar en lugares muy buenos en que aprendí mucho, además  de permitirme consolidar mi carrera al tener mi primer cargo de Chef en las cocinas del hotel más importante de la ciudad (Ritz-Carlton de Santiago). Gracias a esto, pude dar un gran paso respecto a lo que hoy es mi cocina, como comida y concepto, cosa que realmente no me había preguntado en mis inicios y menos mientras luchaba día a día por cumplir lo que mis chefs requerían de uno.

A esta altura de mi carrera, sigo creyendo y pensando que este trabajo se hace día a día, no te puedes relajar, debes estar sobre los detalles y las cosas macro, buscando motivar y mantener al equipo siempre atento a lo que requiere el comensal, transmitiendo conceptos claros y directos, consecuentes entre lo que pienso, digo y hago. Para que así todos en el restaurant sepamos dónde estamos y dónde queremos ir. En fin, miles de cosas que hacen que mi amor por la cocina sea igual o mayor al de ese primer día como lavaplatos.

Sobre mi cocina, restaurant (Casamar), anécdotas, historias, les iré contando en mis próximas columnas. De momento, ¡ya saben quién soy y lo que hago!

TOL

Tags


Lo Último