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El peligro de las dietas milagro

El fin no justifica los medios. No al menos, cuando nuestra salud está en juego. Por eso vamos a repasar algunas de las dietas más famosas y diremos lo que ocultan y cómo nos pueden afectar.

No os penséis que os voy a dar una clase magistral de las dietas milagro, en especial de las dietas con nombre de su creador, como la dieta Dukan, Montignac, Atkins y Ravenna. Aunque seguro que hay muchas más similares.

Hay varios momentos a lo largo del año en los que a la gente les da por darse al hecho de adelgazar sin ningún tipo de escrúpulo. Es decir, bajo una óptica del “fin justifica los medios”, todo vale para poder perder esos kilos de más que durante meses nos hemos ganado a pulso por dos razones principales.

Qué nos lleva a ganar peso

La primera es hacer un vida sedentaria. Nos hemos acostumbrado a intentar hacer lo menos posible en nuestra vida. Y eso incluye necesariamente esforzarnos lo mínimo por mantener un mínimo ejercicio diario.

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La segunda es comer mal. Y ahora es cuando casi todos nos sentimos identificados. Comer mal se caracteriza por comer a deshoras, por comer congelados y precocinados y en especial abusar de los fritos y de las comidas con muchos hidratos de carbono, que casualmente el fast food tiene.

Es curioso que esa misma vida que nos lleva a no esforzarnos y a comer mal nos lleva irremediablemente a caer en las dietas milagro que nos ofrecen garantías de que perderemos no solo los kilos que hemos ganados si no que volveremos a pesar lo mismo que pesábamos cuando teníamos 20 años.

Pero, seamos sinceros. Si nunca volveremos a tener 20 años, ¿por qué pesar lo mismo que cuando lo teníamos? Nuestro organismo no es igual a lo largo de nuestra vida, y casi diría que afortunadamente.

El éxito de las dietas milagro

Pues bien, las dietas milagro son un producto que ha nacido y que seguirán naciendo a lo largo del tiempo para suplir una necesidad. La de la gente que necesita quitarse kilos de encima y que lo quieren hacer sin sufrir más de la cuenta. Es decir, queremos quitarnos los kilos sin esforzarnos. Si os fijáis todo está en el mismo sitio del principio, ganamos kilos porque no nos gusta el esfuerzo, y queremos quitarnos esos kilos, también sin esfuerzo.

Pero no todo vale. Y las dietas milagro con nombre del médico o nutricionista o como quieran que se llame el título de los “profesionales” que las crearon, no sirven y no valen. Hay efectos bastante perniciosos para la salud de los que las hacen que hay que tener en cuenta.

Casi todas estas dietas o métodos de adelgazamiento inducen al cuerpo a quemar todo el glucógeno que tiene con el fin de quemar grasas. El glucógeno se consigue por comer hidratos de carbono, si nuestro cuerpo está con las reservas llenas, lo que hace es crear grasa. Si estas dietas eliminan el consumo de hidratos, nuestras reservas de glucógeno caen a cero y por lo tanto empezamos a quemar grasas y a adelgazar de forma más rápida.

Este es el fundamento de casi todas las dietas milagro. El método Dukan o todas las dietas hiperprotéicas lo siguen. Otras dietas que si permiten consumir hidratos y todos los grupos, como la Montignac, lo hacen pero con el cuidado de no mezclar determinados alimentos para conseguir un índice glucémico bajo, es decir, lo mismo. Bajar las reservas de glucógeno del cuerpo para quemar grasas.

Los perjuicios en la salud de las dietas milagro

“Pues yo tengo una vecina que hizo la dieta, adelgazó 20 kilos y no le pasó nada”. Enhorabuena, habrá que ver cómo está su vecina dentro de un año. Ni más ni menos tiempo, solo un año. Si la dieta le ha servido para perder peso, pero no le ha servido para cambiar su vida en cuando a ejercicio diario ni tipo de alimentación más saludable, auguró como hace cualquier vidente, que dentro de un año tendrá alguno más de esos 20 kilos que perdió.

Pero ese solo es uno de los efectos, el denominado efecto rebote de todas las dietas milagro. Otros efectos en la salud es la falta de energía rápida que tenemos a nuestra disposición. El cuerpo tiene que hacer mucho esfuerzo para conseguir enegía directamente de la grasa si es que tenemos las reservas de glucógeno a cero. Y por lo tanto podemos sentirnos cansados y agotados sin prácticamente hacer nada.

Las dietas hiperproteícas además se caraterízan por eso mismo, por consumir solo proteínas, cosa que al cuerpo le pasa factura ya que son más difíciles de asimilar y sin aportes de vitaminas y otros elementos adicionales que nuestra dieta milagrosa no aporta podemos entrar en problemas en los riñones.

Y esto son solo algunos de los efectos perniciosos de estas dietas en nuestra salud. Ante lo cual solo queda volver a aconsejar que lo hay que hacer es más ejercicio, al menos 1 hora diaria y sobre todo empezar a tener una dieta más equilibrada.

Fotografías Camera Eye Photography, juantiagues, DarcoTT WLA y Ed Yourdon en Flickr

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